Ciertos cineastas rusos han querido ver una relación directa entre el haiku y el cine, una semejanza en los fundamentos de ambas artes, cual es la observación directa de un suceso insertado en el tiempo.
El mismo Eisenstein cita en sus obras teóricas varios haiku. Un cineasta como Andrei Tarkovski, a menudo tachado de críptico y oscuro, nos deleita con observaciones apasionadas sobre el sentido último del haiku:
"El lector de un haiku tiene que perderse en él, como en la naturaleza, tiene que dejarse caer en él, perderse en sus profundidades como en un cosmos, donde tampoco hay un arriba y un abajo..." "Con sólo tres puntos de observación, los poetas japoneses fueron capaces de expresar su relación con la realidad. No la observaron simplemente, sino que sin prisas y sin vanidades buscaron su sentido eterno...".
breve cortejo nupcial,
las hormigas arrastran
pétalos de azahar
José Juan Tablada
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¡De amarillo calabaza,
en el azul, cómo sube
la luna sobre la plaza!
Antonio Machado
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pipodols
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