
Al señor Ye le gustaban mucho los dragones. Su casa estaba adornada con cuadros y pinturas representando a dragones, sus muebles estaban finamente tallados con dragones, en el jardin tenía esculturas de dragones y su vestimenta preferida estaba decorada con dragones. Cada vez que se reunía con sus amigos, su tema preferido de conversación era, como no, los dragones.
Un dia, el gran Dragon del Cielo se enteró de la fascinación del Sr. Ye por los dragones y, sintiéndose halagado y deseando conocer a este hombre decidió bajar a la Tierra para saludarle. Cuando el gran Dragón llegó a la Tierra y se presentó en la casa del Sr. Ye, su cabeza entró por una ventana, una de sus garras tapaba la puerta trasera y su cola abarcaba el jardín y el camino. El Sr. Ye, al ver esto gritó espantado y salió corriendo de su casa, huyendo de esta visión.
Al Sr. Ye no le gustaban realmente los dragones, le gustaba aquello que parecía un dragón, pero al contemplar al dragón real, huyó espantado.
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pipodols
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