Cuento corto,"la coral" lo he titulado.
No dudó en descolgar el Cristo que había sobre el cabezal de la cama. Cuando lo tuvo entre sus manos lo sopesó, era ligero, lo examinó con detenimiento. No sin sorpresa, descubrió una hendidura en la parte de atrás del crucifijo. Pasó la mano delicadamente y comprobó que la hendidura dibujaba un rectángulo apenas perceptible que se desprendío de la madera. Atónito y tembloroso desdobló el papel rojo que había en el interior y leyó: No hay más amor que el mío y mi amor está en mi voz y en la de todos los hombres. Su destino estaba escrito.
|