El estado no me gusta, entre otras cosas porque él mismo es adicto al tabaco (a los impuestos que recauda a corto plazo, aunque haya que pagar más hospitales a largo plazo).
Las multinacionales del tabaco tampoco, porque no producen ningún beneficio para el consumidor.
Ya puestos, los consumidores tampoco me gustan, porque realmente son sensibles a la publicidad de uno y otro bando. Piensan por su cuenta, pero no lo suficiente como para sustraerse a la publicidad. O me estoy pasando con este comentario.
Yo sí me gusto, porque me lo he pensado, creo que tengo mucha facilidad para convertirme en adicto (una vez casi no me hago adicto a la leche con galletas), y decido no probar siquiera nada que huela mínimamente a adictivo.
¿Y la nicotina? Admirable. Cómo agarra por las neuronas, por las neuronas de muchas partes del cerebro, por todas las neuronas que tienen receptores para la nicotina, a personas que no me gusta ver sufriendo de bronquitis crónica, cáncer de laringe, cáncer de pulmón, mal aliento, asma, imposibilidad de acercarse a sus propios hijos porque "cómo voy a dejar de fumar, y cómo voy a dejar que el pobre crío respire esto" ...
Yo intento cuidar de mí mismo y de mi tribu. El estado, bueno, tiene sus usos ...
(Ah, y perdón por el rollo.)
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