Una vidente me aseguró, tras examinarme el aura, que en mi casa habitaban monstruos. Sin darme más detalles, me quiso vender unas velas para ahuyentarlos, hechas con cera y alas de mosca. Obviamente hice caso omiso de sus consejos, y volví a casa dispuesto a descubrir por mi mismo a los presuntos monstruos. Yo no creo en presencias espectrales, y en mi piso, lo comprobé bien, no había nadie más. Así que aquella bruja debía referirse a las cucarachas que, aunque de considerable tamaño y movilidad, viven conmigo en tranquila armonía, y así seguirá siendo pese a la magia negra.
¿cuantas palabras tiene este cuento? pues 100, ni una más. En esta web solo hay cuentos de 100 palabras
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pipodols
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