Llega Loles hablando sin pudor de sus liftings y sus lipos, mostrando su fachada almodovariana, y acaba confesando la depresión de caballo que sufrió hace un año. Con la menopausia perdí autoestima, seguridad, energía... No tenía ganas de salir de la cama. A sus 53 años, su físico exuberante de vieja cabaretera recuerda por momentos a una Dolly Parton de la Barceloneta, aunque quizá se ajuste más a las hechuras y al carácter arremangado de aquella otra genial secundaria del cine español, María Luisa Ponte. Mujer con agallas, es en realidad más tímida y solitaria de lo que aparenta.
En pleno rodaje se mudó de casa. Yo necesito más gentío, más comercio, más vida. Me conozco. Desde hace 12 años duerme abrazada a una almohada.
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