El doctor nos dijo, con él presente, que interviniendo quirúrgicamente quizás habría una remota posibilidad.
Le preguntamos a mi padre si quería operarse. Contestó que no.
Le pregunté si sabía que significaba no operarse y dijo que si, que iba a morirse. Le pregunté entonces si tenía miedo, si estaba asustado. Puso una media sonrisa y dijo que no.
Mi padre murió con dignidad rodeado de sus seres queridos, con entereza y valentia se enfrentó a ese momento al que todos tememos. Lección más grande no voy a recibir jamás. Me siento orgulloso... pero muy triste.
Adeu avi.
Enviado por
pipodols
a las
01:00
|
6
Comentarios | Enlace
|