Pues eso, he vuelto a disfrutar de la Selva de Iirati, del Valle del Roncal, de la excelente comida de Martin Berastegui, del peine del viento de Chillida, del centro de Talasoterapia de Donostia, del barrio viejo de Pamplona, de los akelarres de la casa de Jesus Mari... de la fabulosa hospitalidad de Alicia...
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pipodols
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